La ansiedad
Enemiga silenciosa y de gran poder de "destrucción" personal, la ansiedad ha sido valorada como el mal de esta pandemia, junto con la depresión. Pero en realidad, parece que hemos aprendido a disimular y convivir con ella desde hace mucho más tiempo y por desgracia, incorporarla a nuestra vida como algo casi normalizado.
Confundida con muchas "enfermedades" diferentes por su multitud de síntomas compartidos, ha dificultado en muchas ocasiones un tratamiento acertado para una u otras y por desgracia, un periplo de paseos por diferentes especialistas.
¿ Cómo podemos reconocerla? Son muchos los síntomas físicos (dolores de cabeza, mareos, vértigos, desmayos, hormigueos, parálisis musculares, ceguera, visión doble, afonía, palpitaciones y taquicardias, sensación de ahogo, dolor u opresión en el pecho, sequedad en la boca, sensación de atragantamiento, náuseas, vómitos, estreñimiento, diarrea, tensión muscular, dolor muscular, cansancio,etc.), psicológicos (inquietud, ganas de atacar o de huir, desrealización, despersonalización, miedo a perder el control, etc.) , conductuales (fatiga intensa, con imposibilidad de relajarse, miedos, dificultad para comunicarse, movimientos torpes de manos y pies, etc.), cognitivos (falta de memoria, confusión, pensamientos negativos y/o distorsionados, sospechas, alerta constantes, etc,) y sociales (momentos de quedarse en blanco o hablar demasiado, dificultad para seguir una conversación, miedo a tener conflictos, problemas de interacción, etc.) que se dan en diferente intensidad, consulta con un profesional con el que te sientas a gusto y tengas confianza, cuales son los síntomas que padeces y busca el detonante de la misma (descartando otras "patologías") , para poder apartarla de tu vida para siempre. No tengas miedo, no estás solo, PUEDES.
Te animo a que consultes tus dudas y compartas tu experiencia, tanto si estás en el proceso de trabajo inicial, como si ya lo has superado para que podamos ayudar a otras personas y aprender mutuamente.